La actual recesión lleva a la emblemática librería Rayuela a cerrar sus puertas
Tras casi 30 años siendo parte de la historia de la ciudad, la icónica Rayuela se quedó sin opciones y baja sus persianas. “Hemos pasado muchos momentos difíciles pero podíamos salir. Desde la cuarentena empezamos a ir en picada y este año fue desgastatador por la gran recesión que hay” enfatizó Fátima Sadin, dueña de la librería en diálogo con Conclusión.
- Ciudad
- Ene 3, 2025
Cierra la emblemática librería Rayuela, un espacio literario que cobijó la lectura de miles de rosarinos desde 1996. Desde este mes de noviembre su propietaria lleva adelante una gran liquidación de todos los títulos que se mantendrá hasta fines de febrero, fecha límite antes de cerrar sus puertas.
Esta pequeña y cálida librería céntrica, que se ubicada en calle Corrientes al 500, ha atravesado varias crisis económicas, pero la actual recesión y la consecuente caída de las ventas les imposibilitó continuar con el espacio.
“Este proceso lo estoy pasando con mucha emoción, por un lado, porque son muchos años de estar acá, muchos años de dedicarle tiempo a los libros, a la gente, a cada persona que viene. Me gusta recomendar cuando vienen buscando algún material que necesitan para hacer algún trabajo o cuando vienen los padres de chicos que tienen problemas con la lectoescritura” expresó Fátima Sadin, dueña de la librería en diálogo con Conclusión.
Rayuela cumple en marzo, 29 años de historia. “Mi esposo, Rubén Fantini, empezó con los libros, el es un apasionado de los libros. Arrancamos primero en Calle Garay y San Martín, con una librería chiquita, y después nos vinimos acá y yo los seguí con todo lo que significa la difusión de la cultura”, explicaba Fátima sobre sus comienzos.
En cuanto al cierre definitivo de la librería explicó que ella es quien sostiene el comercio, “porque no puedo tener un empleado ya que con los márgenes de la librería no es posible, y además en el último tiempo, con la recesión que hay, tenía muy pocas ventas y eso nos llevó a tomar la decisión”.
Distintos gobiernos y crisis económicas han pasado pero ésta ha sido la más significativa. “He pasado muchos momentos difíciles pero podíamos salir. Después de la cuarentena, la gente empezó a circular diferente con todos los trámites online, y la zona pasó a tener otra vida. Desde la cuarentena empezamos a ir en picada y este año fue desgastador por la gran recesión que hay”.
El papel pierde terreno ante lo digital
Además de la crisis económica que estamos teniendo, o que venimos teniendo se le suma la crisis del papel que cada vez se agudiza más. En una época la única forma de informarte, conocer, es a través de la lectura, a través de los libros, ahora el libro se resignificó, y empieza a ser un objeto, la gente por ahí lee de manera digital, y si le gustó el libro lo quiere tener, pero como objeto”.
La lectura cada vez cuesta más, tanto en los jóvenes como en los adultos. “Sí, es un problema, distintos neurólogos y filósofos dicen que el cerebro elige el papel, que si bien la tecnología da muchos frutos y es el futuro, algo de lo físico es importante para el cerebro, y sobre todo con los niños, con los más chiquitos”.
Luego de tantos años atendiendo al público en posibles y futuras lecturas, Fátima reflexionó: “en estos 29 años tengo un montón de situaciones y de recuerdos que hoy me sensibilizan. Gente que ha venido a agradecerme el libro que le recomendé o aconsejé para regalar, o cuando una mamá que tiene un nene con autismo, con problemas en la lectoescritura y me cuenta cómo le fue, son situaciones muy fuertes” contó emocionada.
Cada persona que entra a la librería “ingresa con una historia y en búsqueda de un libro que no es poca cosa, por algo estás buscando ese libro ya sea para regalar, para ayudar o para ayudarte”.
Entre tanta tecnología y segmentación de las palabras y textos Fatima recomendó que “se animen de a poquito con una lectura que les guste, siempre hay algo que querés conocer. Es como buscar dentro tuyo qué es lo que estás queriendo leer, qué es lo que necesitas. Y tomarte un tiempo para elegir, cuando vas a una librería, no es rápido. Tienes que tomarte un tiempo para mirar, para leer. Y siempre vas a encontrar algo, algo que te llegue. Son palabras que escribieron otros y que en algún momento sentís ese viaje dentro de una novela, que eso, es parte tuya. En algún punto te identificás”, concluyó.