Caso Marcelo Molina: acusaron a los detenidos de matarlo, quemar el cuerpo y arrojarlo en el relleno sanitario de Pérez
Según la investigación y la confesión de una de los imputados, el crimen se concretó el mismo día en que Molina desapareció y tras darle muerte, los acusados lo quemaron y metieron los restos en un contenedor de basura que luego siguió su camino al relleno sanitario.
La investigación por la desaparición de Marcelo Molina condujo a la hipótesis de un plan criminal para asesinarlo, que habrían concretado la mujer que era su pareja, la sobrina de ella y el cuñado. Así lo expuso este martes en audiencia imputativa el fiscal Adrián Spelta, que acusó formalmente a los tres sospechosos por los delitos de homicidio calificado.
En cuanto al destino del cuerpo de Molina, que no fue encontrado, el fiscal aseguró que, de acuerdo a la investigación y la confesión de uno de los imputados, lo quemaron y dejaron los restos en un contenedor de residuos de la empresa en la que los acusados trabajaban, que luego fue trasladado al relleno sanitario de la ciudad de Pérez, donde habrían quedados sepultados entre toneladas de basura.
«Si bien no tenemos el cuerpo, lo que sí tenemos es la confesión de uno de los acusados, Jonatan K. , que confesó el hecho cuando fue aprendido. Él confiesa y trata de desvincular a las dos mujeres, que si bien trascendió que eran madre e hija por el vínculo de crianza que hay, en realidad son tía y sobrina», expuso Spelta.
«Lo que pudimos reconstruir es que ese viernes, a partir de las 14.30, cuando él deja a su hermana en el lugar de trabajo, lo empiezan a seguir, lo abordaron y le quitaron la vida», aseguró el fiscal.
El relato que desmenuzó el funcionario judicial da cuenta de que, luego del crimen, a las 18, los acusados se dirigieron a la casa y «le robaron todas las pertenencias, en lo que fue una suerte de mudanza». «Y, en horas de la noche, trasladaron el cuerpo al predio de la ruta de la autopista Rosario – Córdoba, a la altura del kilómetro 308, donde ellos vivían y eran caseros de la empresa, y lo incineraron en el interior del predio. Luego, pusieron el cuerpo en una bolsa que dejaron en uno de los contenedores que el día lunes, la empresa encargada de la limpieza, trasladó a los respectivos lugares».
Spelta aseveró que todo quedó registrado en las cámaras de la localidad de Funes y de la empresa en la que trabajaban los acusados. «Está filmado, tanto en el interior del predio como en las cámaras de seguridad de Funes. En las cámaras de la empresa se ve el momento en que llegan con todas las pertenencias de Molina, cerca de las 18, y a las 21 se retiran y vuelven más tarde, las dos mujeres en la moto y el masculino en la camioneta. Y en la caja de la camioneta ingresan un bulto que anteriormente no estaba. Inmediatamente, se puede observar el fuego en cercanía de la casa, y, de acuerdo a lo que esta persona confesó, ese sería el momento en que lo incineraron».
Además de lo que se ve en las cámaras, el fiscal remarca que los impactos de las antenas de los celulares, tanto de la víctima como de los imputados, apoyan la reconstrucción hecha durante la investigación.
Otro de los puntos importantes de la investigación es el arma y la documentación recuperada en la zona de Monjes. Spelta aseguró que, el domingo posterior al hecho, los tres imputados fueron a Barranca, donde tienen un hermano y se dirigieron a Puerto Aragón, muy cerca, a comer un asado, en las orillas del río Coronda, y deduce que aprovecharon esa ocasión para descartar el arma y la documentación de Molina.
«Ellos comen ese asado junto al río y en ese mismo río, río abajo, cerca de la boca de Monjes, una persona que iba corriendo encontró flotando el arma con la documentación. Digo flotando porque estaba dentro de la funda que impidió que le entre el agua y provocó que flotara hasta donde fue encontrada, junto con el teléfono celular de la víctima».
En cuanto a los restos, el funcionario del MPA adelantó que «va a ser casi imposible» encontrarlos. «Fuimos con perros a ambos lugares, al predio y a los centros donde depositan la basura y si bien marcaron varios puntos, no se ha podido encontrar nada».
Si bien el fiscal admitió que no se sabe cómo y dónde lo mataron, remacó que sí se sabe que estaban juntos en el horario estimado del homicidio. «Sabemos que se trasladaron y que el teléfono celular de la víctima, junto con el de uno de los imputados, siempre estuvo en el mismo lugar».
La jueza Silvia Castelli dictó prisión preventiva para los tres imputados por los plazos de ley, por los delitos de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o mas personas, en concurso rea,l con robo simple en carácter de autores y en grado de consumado.