VIERNES, 31 DE ENE.

Gobierno cubano reiteró su denuncia a la pretensión de Trump de vulnerar su soberanía

Comunicado mediante, el gobierno cubano se expresó tras la decisión del presidente estadounidense de reincorporar a la nación caribeña en la lista de países patrocinadores del terrorismo.

El Gobierno de Cuba volvió a denunciar este miércoles los intentos de la Administración de Donald Trump de vulnerar su soberanía nacional, al reincorporar a la nación caribeña en la lista de países patrocinadores del terrorismo, unilateralmente confeccionada por Estados Unidos.

«Este nuevo acto de agresión del gobierno de Estados Unidos contra el pueblo cubano muestra, una vez más, el objetivo verdadero, cruel, despiadado de estas y tantas otras medidas de cerco y asfixia, que con fines de dominación se aplican contra Cuba», denuncia una declaración gubernamental.

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El nuevo presidente estadounidense revocó este lunes, en las primeras horas de su mandato, la orden del pasado 14 de enero con la que el ex mandatario Joe Biden había sacado a Cuba de ese listado que elabora el Departamento de Estado.

«La decisión de restablecer las férreas medidas de guerra económica contra Cuba, que su predecesor eliminó solo días antes, es demostración de la agresividad del imperialismo estadounidense contra la soberanía, la paz y el bienestar de la población cubana», subraya el texto.

La declaración aseguró que ese acto «no sorprende», pues «Trump ha interpretado su llegada al poder como la coronación de un emperador».

«Su ambición abarca, solo para empezar, la conquista de Canadá, la usurpación de Groenlandia, el cambio de nombre del Golfo de México y el despojo a los panameños de su canal», agregó.

Denunció que la guía del nuevo equipo de Gobierno es la hegemónica Doctrina Monroe, que establece que América es para los americanos, entendidos estos como los estadounidenses, «que a golpe de sangre y fuego se impusieron en América Latina y el Caribe».

A Trump se asocian los grupos y políticos que han hecho de la agresión a Cuba un modo de vida, han lucrado durante décadas del negocio anticubano y comparten hoy la embriaguez del nuevo mandatario, señala el texto.

«Todos tienen una alta responsabilidad en la difícil situación económica del país y en el aumento del flujo migratorio de Cuba hacia los Estados Unidos», indica el comunicado.

La declaración apunta que el bloqueo que desde hace más de seis décadas Washington mantiene contra Cuba, su reforzamiento y las nuevas medidas agresivas continuarán pesando, con efecto muy dañino, sobre la economía, el nivel de vida, las potencialidades de desarrollo y legítimos sueños de justicia y bienestar del pueblo cubano.

«No nos van a desviar del rumbo socialista, del empeño en recuperar la economía, de fomentar la mayor solidaridad, creatividad, talento, espíritu de trabajo, y de defender como un bastión inexpugnable la libertad, la independencia, la soberanía y el privilegio de construir un futuro sin injerencia extranjera«, subraya la nota.

El comunicado concluye con un agradecimiento a las expresiones de respaldo y solidaridad recibidas de todas partes del mundo, incluyendo a cubanos residentes en el exterior y figuras políticas de Estados Unidos.

Cuba, otra vez en la lista negra de Estados Unidos

No había pisado aún la rotonda del Capitolio de Washington y Donald Trump ya estaba revirtiendo la última política de acercamiento del Gobierno de Joe Biden hacia Cuba. Este lunes,el nuevo presidente volvió a incluir a la isla en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, según un comunicado emitido por la Casa Blanca sobre la batería de decretos que firmó el republicano y que frenan medidas impulsadas por el Gobierno anterior.

El gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, se apresuró a reaccionar en X a la decisión, que tildó como un “acto de arrogancia y desprecio por la verdad”. También dijo que la reversión de la medida “no sorprende”. “Este acto de burla y abuso confirma el descrédito de los listados y mecanismos unilaterales de coerción del Gobierno de EE.UU.”, afirmó.

Hace solo seis días, el Gobierno del demócrata Biden anunció que Cuba quedaba fuera de la lista que compartía con Irán, Siria y Corea del Norte, sancionadas por el Departamento de Estado por “brindar repetidamente apoyo a actos de terrorismo internacional”. En enero de 2021, a punto de terminar su primer mandato, Trump puso a Cuba en la llamada lista SSOT, de la que la había eliminado Barack Obama cuando impulsó el restablecimiento de relaciones entre ambos países. El entonces secretario de Estado, Mike Pompeo, aseguró que La Habana brindaba “apoyo a los actos de terrorismo internacional al otorgar refugio seguro a los terroristas”. Se referían a que el Gobierno mantenía vínculos con grupos como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y a la negativa de extraditar a diez líderes de ese último grupo implicados en un atentado de 2019 contra la escuela de cadetes de policía de Bogotá.

La reversión de la medida era previsible. El cubanoamericano Marco Rubio, nuevo secretario de Estado y un fiel oponente al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, dijo hace unos días que, “sin lugar a dudas”, Cuba debía permanecer en dicha lista. “No tengo ninguna duda de que cumple todos los requisitos para ser un Estado patrocinador del terrorismo”, dijo de su audiencia de confirmación en el Senado para ocupar su nuevo puesto. “Nada de lo que la Administración de Biden haya acordado en las últimas 12 o 18 horas vincula a la próxima Administración, que comienza el lunes”, añadió.

¿Qué implicaciones tiene para Cuba?

Cuba está en la lista de patrocinadores del terrorismo desde 1982, cuando la Administración de Ronald Reagan la incluyó por apoyar los movimientos armados en América Latina y África, tener vínculos con países como Irán y Corea del Norte, o asilar a miembros de ETA y fugitivos de la justicia estadounidense como Joanne Deborah Chesimard (la conocida Assata Shakur) o Charlie Hill.

Según el Departamento de Estado, la designación de Estado patrocinador del terrorismo implica “restricciones a la asistencia exterior de Estados Unidos; prohibición de las exportaciones y ventas de armas y elementos defensa; ciertos controles sobre las exportaciones de artículos de doble uso; y diversas restricciones financieras y de otro tipo”. Ahora, algunos tenían esperanzas en que la eliminación de la isla de la lista SSOT contribuyera a mejorar la crisis generalizada que viven los cubanos desde hace al menos cuatro años.

Los analistas coinciden en que, sin duda, no es poco el saldo que han dejado estas restricciones hacia la isla. La mayoría de las instituciones financieras no se relacionan con países incluidos en esa lista debido “a los riesgos para su reputación y al riesgo de sanciones secundarias por parte de Estados Unidos”.

Además, los viajeros de la Unión Europea que visitan Cuba mientras está designada, no pueden obtener una exención de visado para visitar Estados Unidos y tienen que pasar por el proceso de solicitar un visado. Sin duda, esto ha tenido un impacto negativo en el turismo.

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