Rosario Sin Secretos: un “Huracán” que parió un secuestro
Las historias autóctonas se entrecruzan una y otra vez y lo bello de todo esto es advertir las señales que nos muestran… ¡y compartirlas! Al cumplirse el aniversario Nº 98 del querido Club Huracán, de Paraguay 465, nos sumergimos en el pasado para bucear en nuestras raíces.
- Ciudad
- Por Graciela Molina
- Feb 20, 2025

La mayoría de las propiedades de Paraguay al 400 pertenecían a los dueños de la Yerbatera Martin. “¡Ojalá que sea La Hoja!”, recuerda nuestra memoria auditiva y no podemos evitarlo. Ahora en manos de una Cooperativa (tal vez la asociación de personas más nobles que existe, para crecer parejos) continúa suministrando yerba para nuestra bebida más nacional, el mate.
Pero volvamos a Paraguay al 465 donde se levanta el Club Huracán de Rosario que hoy cumple 98 años, según precisa el acta Nº 1.
Si bien se había determinado la presidencia de Alberto Jorge Martin junto a los socios fundadores Manuel Morosano, Luis Rovira, Daniel Boubila, Jose Tosi, Ricardo Schone y Guillermo Benecker (seguramente conoce a algún descendiente de ellos), recién el 21 de septiembre de 1934 se redactó y firmó el reglamento correspondiente. ¡Siempre es bueno tener varias fechas para celebrar!
No sabemos que habrá sucedido en el interín, pero tal vez el secuestro extorsivo de Marcelo Martin, el hermano del presidente del club, aceleró los acontecimientos para poner en orden muchas cosas.
Fue en esa misma cuadra, cercano a la esquina donde se levanta, desde 1868, la bellísima iglesia Anglicana San Bartolomé -en la actualidad a cargo del pastor Agustín Marsal-, uno de los tesoros legados por inmigrantes ingleses y escoceses que llegaron al Rosario para ser parte de la construcción de nuestros ferrocarriles.
Allí, en esa esquina de Paraguay y Urquiza, fue donde lo obligaron a subir al hijo del poderoso empresario de la yerba (se dice que Ernesto “Che” Guevara nació en Rosario, porque sus padres tenían plantaciones en Misiones y habían pasado a reunirse con su colega Martin para hablar de intereses comunes).
Era un Hudson verde que vieron muchos testigos. Los mismos que aportaron la data para que pronto los ubicara la policía, luego de dos días de cautiverio y el pago del rescate de 150.000 pesos, ¡una fortuna por entonces!, que fue efectivizado por Alberto Martin, quien había sido el que recibió la carta que exigía esa suma.
Ángela, cuyos restos descansan en un pueblo que recibió su nombre en su honor, Villa Ángela, en el Chaco, en la desesperación natural de toda madre ante el peligro en que se encontraba su hijo, prometió públicamente, y lo que es más importante, cumplió, anunciando que si liberaban a su hijo sano y salvo donaría los fondos para construir una maternidad.
Así nació la valiosa Maternidad Martin, inaugurándose en nuestra ciudad el 8 de julio de 1939, y convirtiéndose en un importantísimo efector de salud que celebra la vida a cada instante en cada nuevo nacimiento.
Hubo una época, muchos lo recordarán, que con motivo de festejarse el 11 de octubre el Día de la Madre, el Círculo de la Publicidad, fundado en 1942 y cuya casa propia fue tristemente demolida en Santiago 863, que agrupaba a todos los sectores (inteligentemente era un “círculo” que sumaba a publicistas, comerciantes y medios porque sencillamente uno no puede existir sin el otro), regalaba a las madres que parieran ese día una medallita y su cadena de oro.
¡Un’altra volta! ¡Altre tempi!
En este “huracán” de información que podemos compartir, mate por medio, les contamos que con la pista del Hudson, un mes después, la policía consigue aprender en Salta a tres de los implicados directos en el secuestro: Gerlando Vinciguerra, Santiago Bué y Carlos Cacciatore, que no estaban huyendo hacia el norte sino que simplemente habían sido invitados al casamiento de este último, y llevaban, seguramente, algún buen regalo de “Chicho” Grande, Juan Galiffi, el capo de la mafia a la que se dice pertenecían los secuestradores, y que tanto poder tuvo en este ¿”Rosario, de Satanás”?, esa historia triste de la mala vida que nos narró el inefable Héctor Nicolás Zinni.
Lo próximo no es la guía telefónica. Es la lista de los hombres que le dieron vida al Club Huracán, en 1927: Alberto Martin, Marcial Lanne, Carlos Dante Gianonne, Edmundo Schone, Piattini Colombres, Dante Tavagnacco, Atilio Lanilla, Amílcar Calle, José Rodríguez, José Romero, Juan Tracchia, Alfredo Castro, F. Ortiz de Guinea, R. Fontanarrosa, Delfor Schiker, Pedro Trivero, Roberto Romero, Emilio Marín (h), Omar Moreno, Carlos Moreno, Roberto Retamar, Juan Erezuma, Juan Lanzini, Daniel Brabila, R. Shone, Pedro Arriola, José Pensa, Juan Ruiz, Francisco Calp, Manue Morosano, R. Erezuma, Agustín Navarro, Rufino Lotito, Dante Gianonne, Isidoro Martínez, Oscar Luján, Martín Noguera, Armando Carril, Juan C. Mote, Emilio Madariaga, Pedro Retamar, Ángel Herranz, A. Bosco, Roberto de Ferrari y J. Vinueza.
Todos con la camiseta puesta: 3 franjas horizontales, blanca, negra, blanca, con una H en el centro. Pero de muda, esta hache, nada tenía, porque al año nomás, Huracán se presenta en el primer campeonato local que organiza la Santa Fe Rugby Unión junto a Atlético del Rosario, Universitario A y B, Deportivo Central Argentino (los ferroviarios de Pérez), y Gimnasia y Esgrima. Dos años después se sumaría Atlético Ben Hur.
En 1936, de diez encuentros ganan 9, formando con Néstor Maronna, José Nosti, Ricardo del Valle, Roberto de Ferrari, Augusto Marc como capitán, Rigat, R. Bosco, Andino, J. Vinuesa, Moreno, Ré, Jorge Bosco, Juan Gabenara, E. Madariaga y Sordelli.
Cada vez crecían más los entusiastas, y se sumaban a los torneos la Asociación Cristiana de Jóvenes, Universitario, Deportivo Central Argentino, GER, Swift, Rosario Central y Atlético del Rosario.
1938 trae a Huracán el Campeonato invicto. A algunos nombrados se suman Jorge White, M. Fragueyro, Rubén Azpilicueta, Enrique Comini, E. Bertero, M. Delgado, J. del Forno, Jorge Martorana, R. Delaygue, Pedro Bisio y Emilio Madariaga.
En 1941 se elimina en el club la práctica del Rugby y muchos jugadores se agrupan para formar “Los Caranchos”.
Pero no sólo el rugby, también con el básquetbol se cosecharon triunfos.
Luego empezó la era fuerte de la pelota a paleta, que en la actualidad -a pesar de haber quedado reducida sus instalaciones a la tercera parte, el club llegaba antes hasta Urquiza y hasta tenía una fabulosa pileta de natación cubierta- sigue sumando adeptos y entusiastas del deporte que más sirve para combatir el estrés.
Un recuerdo, finalmente, para los recordados cancheros: el viejo Valencia, padre del gordo Ferrer; Papaolo, Juan C. Basualdo, Castroman, Berthet, Pepe Prunera, quien ideó el primer tablero electrónico y el irlandés Cacho Mackenna.
¡Qué bellas instalaciones posee Huracán de Rosario, dirigido en la actualidad por su presidente, Guillermo Antonelli, acompañado de un grupo de verdaderos defensores de la tradición deportiva del casi centenario Club! Todo en una arquitectura a base de una madera noble y antigua que en cualquier lugar del mundo llenaría catálogos de sitios de interés turístico.
Muchos deportistas locales de la pelota vasca, los pelotaris, han dejado muy bien posicionado el nombre de Argentina en campeonatos internacionales.
¡Enhorabuena! ¡Y feliz cumpleaños Club Huracán de Rosario!