Cumplió con la tarea
Con poco juego pero mucho overol, el Canalla se impuso a un limitadísimo adversario, sigue líder en torneo y acumuló su tercera victoria consecutiva. Agustín Sández, entre los más destacados.
- Deportes
- Por Paulo Viglierchio
- Feb 23, 2025

Rosario Central se regaló otra sonrisa en este Torneo Apertura, confirmando sus intenciones de protagonizar el 2025 y volver a estar en los puestos de vanguardia, discutiendo entre los de arriba, permitiéndose ilusionar con dar pelea hasta el final, en un fútbol argentino muy parejo, donde nadie regala nada.
Siempre los compromisos post clásico son jodidos. El gasto emocional, energético y físico que involucra en derby de la ciudad suele pasar factura al siguiente encuentro, y para Central siempre fue una empresa compleja de sobrellevar. A pesar de llo, pudo sacarse de encima el dato previo y sumar otra cuota de vitalidad. El contexto, un Gigante de Arroyito fervoroso, invitaba a tener una noche ideal, tranquila, sin sobresaltos, dado el contexto con el que llegaba a esta jornada y el nivel mediocre de Sarmiento.
El Canalla salió a jugar con todo el partido ante el ‘Kiwi’, sabiendo que tenía que seguir con el camino de seriedad transitado hasta el momento. Si bien la alegría clásica ante Newell’s merecía ser festejada, ello no podía llevar al local a desenfocarse en su rumbo. Así lo entendió y lo ejecutó el equipo de Ariel Holan.
Es que, desde el comienzo, Central impuso condiciones, apoyado en la diferencia de jerarquía entre planteles. Así, en su primera situación, concretó, demostrando nuevamente su alta eficacia en el torneo. Sández se aprovechó de un mal rechace, encaró por el medio, combinó con Santi López, quien rompió líneas con un precioso pase a ‘Nacho’ Malcorra, el 10 levantó la cabeza y se cedió el balón a ‘Gusa’, que definió en soledad entrando al área. Un golazo, que incluyó una gran jugada colectiva.
El conjunto auriazul tenía el escenario propicio para florearse. El rival era muy flojo, estaba con el ánimo por la nubes y la gente en éxtasis. Sin embargo, transcurrido ese inicio de euforia, el trámite se planchó. Si bien Sarmiento casi ni inquietó a Jorge Broun, decreció mucho el ritmo canalla. Todo se hizo muy interrumpido, lo que le quitó fluidez al juego.
A pesar de ello, se pudo rescatar una aceptable tarea de López, al menos mejor que en su debut ante Riestra, y el aporte indispensable de Federico Navarro en el medio, un pac man listo para hacerse cargo de la segunda jugada y atento a los relevos, siempre bien ubicado. También rescatable lo del paraguayo Enzo Giménez, firme en la marca y proyectándose con criterio cuando pudo. La principal variable táctica consistió en que el Canalla eligió volcar los ataques por el sector derecho.
Hubo tiempo para las cargadas para ‘La Lepra’ en el minuto 20, en una nueva muestra del folclore que caracteriza a la hinchada. Eso aplacó a Central, aunque daba la sensación de que ajustando la precisión en los metros finales iba a poder aumentar el marcador y estar más cómodo. Era un terreno incómodo, porque el 1 a 0 quedaba corto y había que seguir refrendando la superioridad futbolística en la cancha. Así se fueron al descanso.
En el complemento, el Canalla se hizo cargo de sus responsabilidades y trató de hacerse más amigo con la pelota. Ya con la posesión, buscó crecer en confianza para poder volver a hilvanar jugadas de riesgo. Estuvo cerca del segundo tanto con un cabezazo de López que desvió al córner Acosta, pero no mucho más. La ventaja seguía siendo mínima y cualquier mínima distracción podía complicar las cosas, como le ocurrió en esa siesta con Atlético Tucumán.
Se notó el cansancio en los hombres encargados de la gestación, y por ello se le dificultó a Central generar peligro, más allá de tener controlado el desarrollo desde el juego. Al no liquidar el asunto, le dio vida a un adversario limitadísimo, que solo que el campeonato sea de 30 equipos y no haya habido descensos el año pasado explica que se mantenga en Primera División. Para colmo, el arbitraje de Luis Lobo Medina influyó para generar un sentimiento de fastidio general.
El ingreso de Lautaro Giaccone tampoco modificó la ecuación. Todo estuvo empantanado. Sarmiento mostró todas sus deficiencias, pero el Canalla lejos estuvo de ampliar el marcador. Uno no podía y el otro no tenía con qué. Costó entender el cambio de Juan Giménez por Enzo Copetti. Holan resignó jugar el tramo final con un centrodelantero y sumó otro defensor para contener a un inofensivo adversario, pero que fue invitado a soñar con una igualdad por la impericia auriazul para bajarle la persiana al encuentro.
A pesar de estar en deuda con el juego, Central se pudo abrazar a una trabajada victoria, que se hizo difícil más por falta de ideas propias que por virtudes ajenas. Sigue puntero e invicto en el certamen, acumuló su tercera victoria en fila y confirma que va a dar pelear en el Apertura. Los números le sonríen y sigue dando pasos acertados en el horizonte trazado. El final del árbitro hizo estallar al Gigante en otro grito de alegría.