JUEVES, 20 DE FEB.

Otra alegría

Sacando el máximo rédito de la pelota parada, con un Carlos Quintana imperial, el Canalla se quedó con una nueva edición del derby de la ciudad, en el que faltó juego pero sobró enjundia y corazón. Gran tarea de Jorge Broun también, sostenido en la fortaleza del 2 y una sólida actuación colectiva.

 

Rosario Central volvió a regalarse otra alegría en el clásico. Haciendo gala de la practicidad y el esfuerzo general, al conjunto de Ariel Holan le hizo falta la mínima diferencia para imponerse sobre un impotente rival. Si bien no le sobró nada y por momentos pareció conformarse demasiado rápido con la exigua ventaja, tuvo virtudes fundamentales que explican y sustentan el triunfo en el estadio Marcelo Bielsa. Una sonrisa que envalentona y termina de dar plena confianza al incipiente proceso del nuevo entrenador.

Entre las principales fortalezas que tuvo el Canalla para quedarse con los tres puntos está la sublime y consagratoria actuación de Carlos Quintana, el bastión del fondo auriazul. Afuera Facundo Mallo, su compañero de zaga, desde el comienzo por una lesión muscular, el pelado se erigió en un auténtico guerrero, con influencia en las dos áreas. Fue decisivo en ofensiva y sacó todo lo que cayó, por arriba y por abajo, cuando le tocó defender. En el desempeño del marcador central se pueden encontrar una de las razones del marcador final.

Central lució sorprendido e inconexo en el inicio del partido, aturdido emocionalmente por la tempranera baja de Mallo, quien tuvo que pedir el cambio cuando solo de habían jugado dos minutos. Newell’s le dobló la marca en el medio y la agregó intensidad para disputar cada dividida. Así, el comienzo fue con complicaciones. No obstante, la sólida labor defensiva de la última línea logró sostener la estructura en ese inicio de confusión. El ingreso de Juan Cruz Komar reforzó la tarea.

La falta de juego fue compensada con ímpetu y garra en cada duelo individual. Si bien el nivel futbolístico era bajo, siempre prevaleció la idea de que el Canalla tenía más y con qué lastimar cuando se lo propusiera. Así, en su primer aviso en el área rojinegra, Quintana peinó un centro envenenado de Malcorra en un córner y Duarte alcanzó a desviarla de zurda para romper rápido la paridad. Como en otros clásicos anteriores, la pelota parada se mostraba como la mejor aliada del Canalla para destrabar encuentros cerrados.

El local sintió el impacto del gol, y Central se acomodó mejor en el campo, a partir de una buena labor en la contención por parte del doble cinco, Federico Navarro y Franco Ibarra, mientras que Jaminton Campaz e Ignacio Malcorra, los socios de ataque, empezaron a asociarse con el balón, llevando el trámite a un terreno propicio. Si bien la pequeña gran sociedad auriazul apareció a cuentagotas, el hecho de descansar con la posesión le bajó el ritmo al desarrollo y permitió manejar los tiempos.

Así, el Canalla logró aplacar las intenciones rojinegras, pese a que todo seguía desarrollándose en un marco de paridad, con fiereza y pierna fuerte en cada sector. Malcorra dispuso de sus preciados tiros libres, pero pasaron cerca del arco de Keylor Navas. Clave irse al descanso ganando. La pelota detenida, otra vez la llave del desnivel en el derby de la ciudad.

En el complemento, Central se retrasó más en el campo, peligrosamente, ante un Newell’s que se adelantó, obligado por las circunstancias. El ingreso de Gonzalo Maroni implicaba al equipo auriazul seguir haciéndose fuerte en el esfuerzo defensivo para cortar la conexión con Banega, de lo más claro en el conjunto de Soso. Allí apareció en escena Jorge Broun, otro de los puntos destacados.

Es que ‘Fatu’ fue determinante para sostener la ventaja al contener un zurdazo de Sotelo, y se mostró muy seguro cada vez que lo llamaron a intervenir. A partir de la garantía de su arquero, el Canalla entendió que debía ir por más para estar tranquilo y evitar defenderse tan atrás, una estrategia arriesgada a pesar de las limitaciones de La Lepra arriba. Pudo pegar otro golpe fuerte sobre la mesa el equipo de Holan: en otro envío aéreo, Quintana peinó otro centro quirúrgico de Malcorra y el Bicho Campaz apareció para el otro palo para ajusticiar a Navas con un soberbio testazo para ampliar el resultado.

Ya con el 2 a 0, Central eligió simplemente dejar pasar el tiempo ante los intentos desesperados de Newell’s, sabiendo que la victoria era prácticamente un hecho. Entraron Agustín Bravo y Augusto Solari para reforzar la marca y obturar los últimos intentos leprosos, que incluyeron otras dos atajadas espectaculares de Broun, una ahogándole el mano a mano a ‘Cocoliso’ González y la otra al volar para desviar un fuerte remate de ‘Juanchón’ García desde afuera. Desde la experiencia y jerarquía del uno también se explicó la victoria auriazul, siendo junto a Quintana y Malcorra los valores más altos.

Solo quedó lugar en el tramo final para un descuento leproso de la mano de Banega, de lo mejor del club del Parque Independencia, quien sacó un buen derechazo de media distancia y fue el único que venció la resistencia de Broun, para decorar un poco el marcador. Sin embargo, el Canalla soportó los últimos minutos lejos de su arquero y el pitazo final del árbitro Fernando Echenique decretó el desahogo y los festejos. Una alegría más en el clásico. Estira la diferencia en el historial, suma el cuarto triunfo al hilo ante su máximo rival y confirma una racha inolvidable.

 

 

 

 

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