La subsecretaria general de la organización global, Joyce Msuya, dijo en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad que “la situación se está deteriorando rápidamente”.
António Guterres llamó a un alto el fuego entre las partes para detener la escalada entre los hutíes e Israel. El director general de la Organización Mundial de la Salud estuvo en el aeropuerto mientras se producían los ataques.
El enviado especial de la organización global para Siria, Geir Pedersen, insistió “enérgicamente” en la necesidad “de que todos cumplan sus obligaciones en virtud del derecho internacional de proteger a los civiles y a las infraestructuras civiles”.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Seyed Abbas Araghchi, y el presidente egipcio Abdel-Fattah al-Sisi coincidieron en la importancia de continuar el camino actual para explorar las perspectivas de un mayor avance en las relaciones entre los dos países.
António Guterres advirtió que como existe un “potencial para una escalada mucho más fuerte”, es posible que este conflicto sea una “tragedia devastadora para el mundo”.
