Así como muchas vidas apasionantes pueden inspirar a otros, las injusticias y persecuciones pueden impulsar a esos mismos inspiradores que tanto bien hicieron, a quitarse la vida. El mismo Favaloro que salvó tantos corazones, apuntó al propio y lo destrozó. Una nota para reflexionar. Si la violencia sólo genera violencia, el odio no tiene perdón ni de Dios.
Antes que Gabriel Carrasco se hiciera cargo de la Municipalidad del Rosario, lo precedió Juan Agustín Mazza, aunque fueron apenas casi 8 meses de gestión. Aún así, dejó poderosas huellas.
Imposible no pensar en Yira yira, el tangazo de alta depresión de Enrique Santos Discépolo que nos asegura “que todo es mentira, que nada es amor”. Disentimos. Y vamos en busca de la verdad y el amor por nuestro terruño, aquel al que, contrariamente a lo dicho por Discepolín, “todo le importa” porque sólo se ama lo que se conoce.
Cuando decimos Maradona, la mente nos lleva al mejor jugador de fútbol del mundo, Diego Armando, y también al maravilloso médico de los pobres, Esteban Laureano, que tuvimos el honor de recibir en nuestro terruño para despedirse de este plano. Ahora bien, a pesar de los muchos Fontanarrosa que existen en Rosario, uno no puede dejar de pensar en el entrañable Negro. “Que lo parió”, diría Mendieta. Pero hete aquí que Domingo Fontanarrosa (h) merece nuestro mayor reconocimiento. Por eso a él leeremos este día 13.
Parece una contradicción el título de esta nota. Y lo es. Tal vez como controvertido fue el destino que ha tenido durante más de 100 años el uso de este edificio en pleno centro de nuestra amada ciudad, que hoy se encuentra en la etapa del olvido… Como una postal detenida en el tiempo, nos recuerda miles de vivencias, en las que las emociones han tenido un factor protagonista y fundamental.
