En Alemania los conservadores se perfilan como favoritos en las elecciones
Con la economía en plena recesión y la inmigración en el centro del debate, más de 59 millones de alemanes se preparan para ir a las urnas el 23 de febrero, con la misión de definir la nueva composición del Parlamento, que será el encargado de elegir al próximo canciller federal.
- Internacionales
- Feb 22, 2025
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Alemania celebrará este domingo unas elecciones legislativas en las que se dirimirán el papel de la ultraderecha, la política migratoria y el futuro económico del país, en una jornada en la que los conservadores de Friedrich Merz partirán como claros favoritos y estarán por tanto en posición de pactar una coalición en un momento interno y geopolítico complicado.
Dese hace semanas los sondeos apenas se mueven y un día antes de las elecciones ya no hay ninguna duda de que el bloque formado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su hermana bávara Unión Socialcristiana (CSU) lograrán en torno al 30 % de los votos, seguido de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que, con un 20 o 21 %, duplicaría su resultado de 2021,afirmó la agencia EFE.
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Tampoco hay duda de que el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz vendrá en tercer lugar con un 15 % y Los Verdes en cuarto con un 12,5 % o 13 % o que La Izquierda será la gran sorpresa en estas elecciones con un 7 % o 7,5 %.
El politólogo Antonios Souris señaló que «la Izquierda ha logrado ganar puntos entre los votantes personalizando su campaña y con mensajes claros. Un ‘giro argumental o de guión sorprendente’». Todo esto sucede en la principal potencia económica de la Unión Europea (UE) y la tercera economía mundial, en un contexto geopolítico cada vez más complejo, marcado por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y las incertidumbres que generó sobre la solidez de las relaciones transatlánticas y el respaldo de Estados Unidos a Europa, justo cuando se acerca el tercer aniversario de la guerra rusa en Ucrania.
A esto se sumó el giro a la derecha de la CDU de Merz, que incluso llegó a romper un tabú en el Parlamento al aceptar por primera vez el voto a favor de la ultraderecha -apartada hasta entonces de cualquier cooperación por el llamado cordón sanitario que le han impuesto los partidos tradicionales- para lograr la aprobación de una moción no vinculante para endurecer la política migratoria.