Rosario Sin Secretos: cuando Belgrano llegó para convertirnos en Cuna de la Bandera
Doscientos trece años atrás Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano escribía en su Diario de Marcha lo acontecido cuando llegó al Rosario. Tenemos la fortuna y el privilegio de tener en la ciudad ese escrito, de puño y letra del creador de la Bandera argentina.
- Ciudad
- Por Graciela Molina
- Feb 7, 2025
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“A la una y media de la mañana se tocó generala y marchamos por caminos y campos muy llanos, sin dificultad alguna, y con poco trabajo que se hizo en la barranca de salida de una cañada que han formado las aguas de lluvia, y llaman Saladillo, pasaron muy bien las carretas, y hallándonos a distancia del Rosario de cerca de una legua, se formó la tropa, sacaron las banderas, y con todo orden seguimos hasta este pueblo, cuyo comandante, capitán Moreno y el alcalde con otros vecinos salieron a recibirnos y ofrecérsenos”.
Este valiosísimo documento que acompañamos a esta nota se encuentra en celosa custodia del Museo Internacional para la Democracia, ubicado en la esquina de Sarmiento (antes Libertad) y Santa Fe. Agradecemos nos lo hayan hecho llegar para compartir con nuestro calificado número de lectores, amantes de la historia autóctona y del patrimonio cultural rosarino.
Diario de La Marcha de Manu… by Conclusión TV
Fue el 7 de Febrero de 1812, un día como hoy, que el creador de la Bandera atravesó el Saladillo por un lugar que aún no estaba dragado (esto fue en los ’70) y hoy sería imposible hacerlo. Aún así, existen fotografías, que la museóloga Nora Laborde compiló, donde se muestra a felices niños bañándose en esa cañada que le originó a los hermanos Arijón, sus inconmensurables fortunas, cuando decidieron hacer construir mansiones para recibir a las miles de personas que concurrían al lugar con el propósito de encontrar curación a sus males, especialmente, de huesos y musculatura, y también concesionar el servicio de tranways para llevar a todos los que desearan llegarse hasta las milagrosas aguas del sur.
Sin dudas, todo muy bien pensado, con criterio empresario, turístico y estadista.
Hay un video, que compartimos en esta nota, que muestra las distintas postas por las que pasó Belgrano junto a sus soldados y carretas. Realizado en plena pandemia, a costo cero, cuando la gente no podía movilizarse hacia ningún lugar, pensamos que era importante, a 250 años del nacimiento de Belgrano, llevar la Bandera a la gente, y así lo hicimos.
Prácticamente el pueblo entero salió a recibir al prócer a las afueras del Rosario aquel 7 de febrero de 1812. Ubiquémonos en el tiempo y el espacio. Súbase al DeLorean que hay lugar!
Rosario no era ciudad (1852) ni siquiera Ilustre y Fiel Villa (1823) sino apenas una aldea con un puñado de casi 500 almas, creada alrededor de una capilla de barro y paja levantada en los terrenos donados por Santiago Montenegro (sí, el mismo de la plaza), aquel santiagueño “urbanizador” que le compró la lonja a los herederos de don Luis Romero de Pineda, el mismo que había recibido la merced de la corona española por los servicios prestados a sus majestades, allá por 1689. Como dice Rosa Río, “es fácil ser generoso con el bolsillo ajeno”.
Montenegro, nacido un año antes que Francisco Godoi arribara con los calchaquíes a estos pagos y originara que este año celebremos el Tricentenario del Rosario, se dedicaba al servicio de mulas desde y hacia el Potosí, la explotación agro ganadera, y tenía molino y pulpería en la zona en la que, con el tiempo, el médico, hacendado, escritor, poeta y filántropo entrerriano Bartolomé Vasallo, mandara a construir al ingeniero Alejo Infante el palacio de 1º de Mayo y Córdoba que donara a la ciudad, con todo su rico patrimonio artístico -era un poderoso coleccionista de arte nacional e internacional-, para convertirla en Museo.
Vasallo no tuvo la misma suerte que Firma y Odilo Estévez, ya que en 1951 la municipalidad se lo cedió al Concejo y remató la mayoría de sus bienes. Hoy allí nuestros concejales debaten, igual que entonces, sobre los destinos y el patrimonio de la ciudad.
Montenegro murió en 1771, un año después que naciera -el 3 de junio- Belgrano. Así que seguramente serían sus descendientes quienes lo salieron a recibir un día como hoy, en 1812.
Volvamos a aquel 7 de febrero, el día que, con la misión de levantar las Baterías Libertad e Independencia para frenar el paso y el habitual saqueo realista en estas tierras, llegó Belgrano hasta la zona que estaba detrás de la laguna Godoy (¿sería propiedad de don Francisco?).
Esta laguna, ¡hasta 1887!, ocupaba toda la manzana circundada por Juan Manuel de Rosas, alguna vez 25 de Diciembre justamente por el pronunciamiento de Urquiza contra el brigadier, en aquel entonces denominada tan bellamente, Calle de las Mensajerías (deberíamos recuperar esa nomenclatura), Buenos Aires (antes Calle Real), 9 de Julio y Estanislao Zeballos (antes General López). Era una laguna bastante profunda y, en 1878, por el cólera, intentaron vaciarla, ideando una zanja de un metro y medio hasta la barranca con el propósito de desagotarla en el Paraná, proyecto que nunca se concretó.
Pasó casi una década hasta que se la rellenó con tierra sobrante de la construcción de esas casas que luego desaparecerían para dar origen al Paseo Pellegrini lleno de altos e hiper poblados edificios. Hay quienes sostienen que el progreso es amontonar gente…
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El año pasado, para esta fecha, la Comisión Rosario por la Paz, bajo una misma Bandera, creada en 2023 con motivo de los 250 años de la llegada, desde Cádiz, de la imagen de la Virgen que dio nombre a la ciudad (la misma que viera con sus propios ojos ese día Belgrano, ferviente y devoto mariano y que podemos apreciar en el Camarín de la Catedral) y también el Bicentenario de la Declaratoria de Ilustre y Fiel Villa (documento que podemos encontrar en el Museo Histórico Provincial “Julio Marc” que dirige el arquitecto Pablo Montini, en el corazón del Parque de la Independencia), puso la fecha en agenda participando prestigiosos artistas locales e internacionales. Mamá Antula, la primera Santa Argentina que recibía a Belgrano en los retiros espirituales que organizaba en Buenos Aires, también fue allí honrada.
Una nota de Guido Brunet, que también compartimos, da testimonio de ello.
¿Dónde se realizó? En el solar que recibiera a Belgrano, la hoy Plaza López, alguna vez Plaza de las Carretas y también Paseo Arteaga desde donde salían los tranways para los barrios, lugar de lucha de trabajadores, ámbito de inspiración para Alfonsina Storni y un jardín con especies arbóreas de los cinco continentes.
Sin dudas Febrero, tiene que ser un mes “para hacer Bandera”!
Más aún en este año Santo y Jubilar, Tricentenario del Rosario. En conclusión, hoy son rosarinas -por nacimiento o por adopción- las orgullosas manos que mecen su Cuna.