LUNES, 03 DE FEB.

Rosario Sin Secretos: parece San Martín, pero es Belgrano

Aunque la historia nos cuente que fue en Yatasto el abrazo de José de San Martín y Manuel Belgrano, hoy los pudimos reunir en un sólo recuerdo: el del combate del que participaron cientos de milicianos rosarinos al mando de Emeterio Celedonio de Escalada y Palacios haciendo la previa el 31 de enero de 1813 de la primera y única batalla librada en nuestra tierra por el Padre de la Patria y el comienzo (hábil, al menos) de febrero, un mes "para hacer Bandera".

 

A las espaldas del Palacio Municipal, o de los Leones si tenemos en cuenta la donación de las dos efigies félidas que flanquean su entrada por la calle Real (en la actualidad, Buenos Aires) del intendente Agustín Mazza, hay una pintura gigante que es réplica de la realizada por el español Rafael Domingo del Villar, y cuyo original se encuentra en el Complejo Museográfico Provincial «Enrique Udaondo», Luján, provincia de Buenos Aires.

 

La obra se llama “El General Manuel Belgrano jura la Bandera Argentina en las barrancas del Río Paraná”, pero en la placa de mármol allí colocada se lee «Retrato del Gral. Belgrano, jurando la Bandera Nacional en las Barrancas del Río Paraná en 1812 (1947) sin mencionarse que fue el 27 de febrero de ese año.

En conmemoración por los 250 años del nacimiento y 200 años del fallecimiento del general Manuel Belgrano (tampoco se cita el 3 de junio de 1770 ni el 20 de junio de 1820) y se inaugura en octubre de 2021, o sea, a 251 y 201 años respectivamente de los sucesos en cuestión.

Todos sabemos que la «pandemia» obligó a todo el mundo a encerrarse en su casa, pero en este caso, y para respetar las fechas como corresponde a quien se precie de honrar la historia, tal vez podría haberse decretado «esencial» el trabajo de los pintores y permitir que se cumpliera honestamente con la conmemoración. O bien aclararlo. Dentro de 50 años nadie sabrá a qué nos estamos refiriendo.

 

Hemos preguntado aproximadamente a un centenar de personas que acertaron a pasar por el lugar sobre el personaje principal de la obra y un alto porcentaje respondió que se trataba de San Martín. ¿Será por el caballo blanco, sus facciones, o el bicornio o falucho tan parecido al que usaba el nacido en Yapeyú, en realidad, Nuestra Señora de los Reyes Magos, que así se llamó en el origen el pueblito de Corrientes?

¡Qué bueno hubiera sido que la imagen elegida para replicar en esa pared hubiese sido la obra del precursor de las artes plásticas en Rosario, junto al italiano Rafael Barone y al boliviano Francisco Ortega, el español Pedro Blanqué (un pasaje lleva su nombre)!

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¡Don Pedro Blanqué se carteaba con Mitre (hemos visto esas epístolas de manos de su propia nieta, Mercedes Blanqué de Rivas, en su casa de 9 de Julio al 1800), para saber hasta cómo eran los botones de los uniformes de la soldados y no errarle ni un ápice a la historia!

El original de esta obra está expuesta en el Museo Histórico Provincial «Julio Marc» y lo más maravilloso es que Blanqué usó para su pintura gigante, modelos reales, al igual que lo hacía Berni, viéndose en un primer plano a su esposa y a su hijo, a la izquierda de la imagen. Además, el caballo que utilizó Belgrano no era blanco sino del color marrón oscuro como lo eternizó Blanqué.

Volviendo a lo que algunos transeúntes dijeron de este caballo blanco pintado detrás de la Municipalidad, resaltamos dos expresiones en particular: «Parece un caballo de calesita, con sus patitas finitas» y sobre la obra en obra en general: «Cuando se abre la ventana, le cortan la cabeza a un soldado«. El saber popular encierra todo el saber, y a veces, es bueno escucharlo.

Por debajo de la gigantografía, también se pintó una Bandera ondeando que estaría necesitando unos retoquecitos de pintura. A las pruebas nos remitimos.

En cuanto a San Martín, lamentamos que se haya realizado en San Lorenzo la conmemoración el sábado anterior «porque era fin de semana y podría ir más público».

Ahora bien, cambiar las fechas, correrlas para lograr fines de semana más largos, ¿no nos estará haciendo perder la identidad? ¿Puede honrarse la tradición, traicionando la historia con esas modificaciones acordes más a la modernidad que a la esencia del ser argentino? Cuando hablamos de recuperar los valores, ¿no nos estaría haciendo falta también recordar las fechas que ocurrieron los hechos que nos dieron verdadera libertad e independencia?

¿Por qué todavía «celebramos» el Día de la Bandera cuando murió su creador y no el 27 de febrero cuando en realidad fue creada en nuestras altas barrancas de las Ceibas, el 27 de Febrero de 1812? Después no nos asombremos si «¡avanza el enemigo, a paso redoblado!»

«Seguramente el valor y la intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si las proximidad de las bajadas no hubieran protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores», Parte de Combate, 3 de Febrero de 1813, José de San Martín.

Desde Empalme Villa Constitución, un gran artista, Diego Zalazar, ha querido y sabido rendir su homenaje a este 3 de Febrero, inamovible para nosotros, que deseamos compartir.

«¡Ay, Patria mía!» fueron las últimas palabras de Belgrano. Ojalá podamos cambiarlas por «hay Patria mía» y en este año Santo y Jubilar del Tricentenario del Rosario, podamos enmendar algunas distracciones.

 

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