JUEVES, 13 DE FEB.

Fieles celebran la fiestas patronales de Nuestra Señora de Lourdes

En una de las fechas más esperadas por la comunidad cristiana, esta celebración se convierte en un símbolo de esperanza, no solo para aquellos que padecen enfermedades, sino también para quienes enfrentan desafíos emocionales, espirituales o psicológicos.

 

Cada 11 de febrero, los fieles celebran a Nuestra Señora de Lourdes, una advocación mariana cuyo origen se remonta a las apariciones de la Madre de Dios a Santa Bernardita en 1858, en Francia. En la figura de la Virgen, los creyentes encuentran una fuente de esperanza y un refugio de fe, especialmente para aquellos que padecen enfermedades, así como para quienes enfrentan desafíos emocionales, espirituales o psicológicos.

Los encuentros de Santa Bernardita con la Virgen María se produjeron en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave de Pau, en las afueras de Lourdes, un pueblo ubicado en las estribaciones de los Pirineos.
En una de esas apariciones la Madre de Dios le comunicó a Bernardita que el camino que el Señor tenía reservado para ella sería difícil, lleno de cruces, pero que a cambio de su fidelidad alcanzaría la gloria del cielo. Y es que el corazón de quienes aman de veras muchas veces requiere ser purificado mediante el dolor o la enfermedad. “No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo», le dijo María a Bernardita.

Las palabras de la Virgen a Santa Bernardita recuerdan un aspecto fundamental de toda existencia humana: su fragilidad. Pero, justamente, al mismo tiempo, van confirmando una promesa: la madre de Dios estará siempre al lado de sus hijos, acompañando, asistiendo, de la misma manera como estuvo al lado de su Hijo en la hora del dolor. Con ellas, Nuestra Señora de Lourdes le dice a cada uno de sus devotos que jamás estará solo, menos aún en la enfermedad.


Nuestra Señora ha de recordarnos siempre que debemos confiar en las promesas de Cristo, y que solo en Él encontraremos alivio verdadero, mientras creceremos en paciencia, esperanza y amor.
Muchos consideran que la aparición de Nuestra Señora de Lourdes es un agradecimiento del cielo por el dogma de la Inmaculada Concepción y una exaltación de las virtudes de la pobreza y la humildad, encarnadas en la pequeña Bernardita.


El mensaje de Lourdes es un llamado a aceptar la Cruz -puerta de vida eterna- en cada una de nuestras vidas. Las apariciones de la Virgen de Lourdes son una invitación amorosa a la oración, especialmente del Santo Rosario, así como a la penitencia, a realizar obras de misericordia y ayudar a los pecadores y enfermos.


Oración
Bienaventurada seas, Oh la más pura Virgen, por haber condescendido a manifestar tu esplendor con vida, dulzura y belleza en la Gruta de Lourdes, diciendo a la niña Santa Bernadette: «Yo soy la Inmaculada Concepción». Miles de veces nos hemos congratulado acerca de tu Inmaculada Concepción. Y ahora, Oh por siempre Virgen Inmaculada, Madre de misericordia, salud para los enfermos, refugio de pecadores y consuelo para los afligidos, tú que conoces nuestros deseos, nuestros problemas y nuestros sufrimientos, dígnate a echar sobre nosotros una mirada de misericordia.


Al aparecer en la Gruta de Lourdes te complaciste en hacer de él un santuario privilegiado desde dónde dispensas tus favores y donde ya muchos han obtenido la cura para sus enfermedades, tanto espirituales como físicas. Acudimos, por tanto, con la más ilimitada confianza a implorar tu maternal intercesión. Consigue para nosotros, Oh Madre amada, que nuestra petición sea concedida. Por medio del agradecimiento por tus favores, nos esforzaremos en imitar tus virtudes para así un día poder compartir tu gloria.


Oh Señora de Lourdes, Madre de Cristo, tú que tuviste influencia con tu Divino Hijo mientras permaneciste sobre la tierra tienes ahora la misma influencia en el cielo.


Ruega por nosotros y obtén para nosotros de tu Divino Hijo nuestras especiales peticiones si esa es la Voluntad de Dios. Amén.

Últimas Noticias